Muchas veces escucho a mis pacientes pelear con la culpa que les genera pensar en sí mismos, en sus deseos y en sus sentimientos. Lo llaman egoísmo y asocian, esas actitudes introspectívas, con algo negativo y perjudicial para los demás.
Cabe, entonces, hacer una aclaración y marcar un límite. Lo que hace que nos mantengamos del lado correcto y no crucemos la línea que nos transformaría en psicópatas, perversos, desconsiderados por los pensamientos y sentimientos de los otros, es el respeto, la honestidad, la sinceridad y el amor hacia los demás (junto con el amor propio).
Ser honestos y respetuosos con nosotros y con los demás, hará que podamos hablar claramente y plantear las cosas, de modo tal, que ambas partes puedan ser tenidas en cuenta.
