Hablemos de los secretos. Y puntualmente de los secretos en la pareja.
Desde ya que nadie está obligado a decir todo o a decir lo que no quiere. Es legítimo que haya cosas que deseemos conservar para nosotros mismos. Entonces, es una cuestión absolutamente subjetiva-individual.
Para echar un poco de luz y ayudarnos a reflexionar, tal vez conviene pensar que ciertos secretos sobre la pareja terminan alejándonos de nuestro ser querido o estropeando la relación.
Ocultamos por muchos motivos. Por temor a lo que el otro vaya a pensar o cómo se vaya a sentir y en definitiva estamos yendo en contra de la intimidad y de la confianza. Lo peor es que es bastante posible que, en algún momento, salgan a la luz y no de la mejor manera, generando resentimiento, dolor y enojo en nuestro compañero/a.
También ocultamos por vergüenza o pudor. Eso que preferiríamos que no exista ni en nuestra mente ni en nuestro recuerdo, decidimos que el otro no lo conozca. De este modo lo privamos al otro pero también a nosotros mismos, en tanto no podemos contar con la comprensión y el sostén emocional que nuestra pareja nos podría dar. Nadie es perfecto. Es sólo cuestión de poder reconocerlo y de pensar que el otro también tiene sus miserias (tal vez hasta parecidas) y puede entendernos.
En otros casos, no decimos para no herir.
Una pareja sólida necesita de nuestra entrega en todo sentido.
Ustedes deciden: le dicen o no le dicen?