Los cambios en el mundo que nos rodea hacen que, necesariamente, aparezcan términos nuevos para poder nombrar cosas o situaciones que antes no existían. En este caso, me gustaría referirme a una palabra muy utilizada por las nuevas generaciones: Stalkear.
Para quienes no conozcan el significado, el término deriva del inglés, del verbo “to stalk” que significa: acosar, espiar o perseguir.
El uso del término es casi específico a las redes sociales y se utiliza para describir el hábito de acosar, a través de estas redes, a otras personas. Espiar el perfil, publicaciones, fotos, comentarios, etc. He escuchado casos, en mi consultorio, que verifican, incluso, la procedencia de los "Me Gusta" que reciben, en sus publicaciones, sus parejas o ex parejas. En muchos casos el que "Stalkea" se crea una cuenta falsa para que la "víctima" no se entere.
Algunos jóvenes toman al stalkeo como un hobby. Se divierten mirando los perfiles y las cosas que hacen los demás.
Para otras personas, esta actividad puede tornarse una obsesión (principalmente si se trata de espiar al sujeto amado). Aparece una fuente de alto displacer, enojo y frustración.Teniendo, además, como consecuencia que no se logre terminar el vínculo y avanzar hacia una nueva relación.
Si en lugar de una diversión (a través de "chusmear"), los sentimientos son de una compulsión sin control a tener que estar espiando y controlando al otro y si, además, al hacerlo, los sentimientos son negativos (tristeza, frustración, decepción, enojo, etc), la obsesión se hace presente y el sujeto está frente a un serio problema.
Si estás en pareja y tenés la necesidad de espiar y controlar sus redes sociales, correo o teléfono, la relación está en problemas. Más que stalkear, habría que revisar qué está sucediendo con la confianza y la fortaleza del vínculo.
Si stalkeas a tu ex pareja, algo de ese vínculo que se terminó no has podido elaborar. Si no dejas ir, no irás vos tampoco a ningún lado.
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