A pedido de varios lectores que se comunicaron conmigo por mail, escribo estas líneas referidas a este tema tan importante que afecta, principalmente, a nuestros adolescentes y jóvenes.
La anorexia nerviosa se caracteriza por el rechazo a mantener el peso corporal en valores mínimos, normales.
La bulimia nerviosa se caracteriza por episodios recurrentes de voracidad seguidos por conductas compensatorias inapropiadas como el vómito provocado, el abuso de fármacos laxantes y diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio físico excesivo.
Lo esencial y común a ambas patologías es la alteración de la percepción de la forma y el peso corporales.
Los problemas familiares y psicológicos, pero también los mandatos sociales que imponen modelos estandarizados, tienen incidencia en esta construcción. El que comanda pasa a ser el espejo del alma. Alma atravesada.
Françoise Dolto en su libro “La imagen inconciente del cuerpo” nos habla de la imagen del cuerpo como “propia de cada uno: está ligada al sujeto y a su historia. Es específica de una libido en situación, de un tipo de relación libidinal.” “La imagen del cuerpo es la síntesis viva de nuestras experiencias emocionales: interhumanas, repetitivamente vividas a través de sensaciones erógenas electivas, arcaicas o actuales. Se la puede considerar como la encarnación simbólica inconciente del sujeto deseante…La imagen del cuerpo es a cada momento memoria inconciente de toda la vivencia relacional, y al mismo tiempo es actual, viva, se halla en situación dinámica, a la vez narcisística e interrelacional…”.
Entramos en comunicación con el otro mediante nuestra imagen corporal. El contacto puede ser para comunicar o bien para evitar la comunicación. Es por esto que las patologías de la imagen nos llevan a reflexionar sobre qué es lo que se trasmite, que es lo que se evita o esconde.
Qué pasa con el cuerpo? Mutilación, destrucción, negación, castigo, maltrato, asexuación. Intento de ocultar el cuerpo atravesado por el deseo. Deseo propio y del otro. Cuerpo sexuado, cuerpo que puede ser deseado por el otro. Cuerpo vaciado de deseo, desintegrándose. Llevado al extremo de vaciarlo del deseo de vivir.
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