Para empezar, creo que no debemos restarle importancia a la diferencia cultural. Desafortunadamente no conozco demasiado de la cultura oriental, pero he leído que las presiones respecto al éxito son tan fuertes que no en vano las estadísticas sobre la tasa de suicidios son muy altas en esas regiones. La exigencia y rigidez acompaña a los orientales desde niños y hasta la etapa adulta.
La tolerancia a la frustración y al fracaso parecen ser extremadamente bajos en estos niños, luego adultos, que son educados todos para ser genios exitosos.
Un fenómeno relativamente nuevo en Japón es el de los hikikomori (ひきこも). Son adolescentes y adultos jóvenes que se ven abrumados por la sociedad japonesa y se sienten incapaces de cumplir los roles sociales que se esperan de ellos, reaccionando con un aislamiento social. Los hikikomori a menudo rehúsan abandonar la casa de sus padres y puede que se encierren en una habitación durante meses o incluso años.
Me parece que da para pensar cuan malos son los extremos. Ni la permisividad absoluta y la falta de límites ni el tipo de crianza implacable que borra diferencias, intereses y recurre al maltrato y la coacción.
Tal vez alguno de los lectores sepa un poco más sobre la cultura oriental y nos pueda hacer algún aporte.
Espero, como siempre, sus comentarios!
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