Como sabemos, el amor atraviesa distintas etapas y así también nuestro deseo sexual.
Durante los primeros tiempos, en la fase de enamoramiento, todo es nuevo. Idealizamos a la persona y cada uno de sus detalles. Esto hace que estemos todo el tiempo deseosos de nuestra pareja, con ganas de que se vuelva a producir el encuentro, descubriéndonos. El nivel de excitación es altísimo y, como todo es nuevo, estamos en un estado pum para arriba permanente.
Desafortunadamente, el paso del tiempo suele hacernos caer en la rutina. Las obligaciones (trabajo, hijos, familia, etc) y dificultades (laborales, económicas, de salud, etc) conspiran en nuestra contra. Por otro lado, lo que antes era nuevo y todo un universo por descubrir, de a poco se ha vuelto algo cotidiano y creemos que ya no hay secretos por descubrir.
Fíjense que dije CREEMOS. Si! De lo que se trata es, justamente, de un mito a derribar. El techo lo ponemos nosotros.
Si creemos que siempre hay cosas por descubrir y que sólo es cuestión de animarse a experimentar y poner a funcionar la imaginación nos espera un camino muy fértil para recorrer!
Aquí les dejo algunas ideas:
-Preparar el encuentro sexual: Está bueno anticipar. Por un lado podemos, durante el día, fantasear con la llegada de ese momento. Eso siempre ayuda a calentar los motores. Qué mejor que anticipar un placentero momento en pareja?. También nos puede servir, más en el caso de tener hijos y otras actividades, para organizar nuestros tiempos. Pensar en hacerse un tiempo en donde sólo nos ocuparemos de gozar con nuestro/a compañero/a.
-Siempre en la cama? Por qué no trasladar el escenario sexual a otros lugares de la casa? También lo podemos complementar probando nuevas posiciones. Y cuánto puede ayudar si agregamos otros elementos… velas, música, luz, aromas…una cena romántica, una cesta con frutas, unas copitas de algo que les guste…!!!
-Explorar nuevas sensaciones: Masajes sensuales, caricias con las manos, con la lengua, recorrer los cuerpos, oler, mirar, saborear. Pueden abrir la heladera y hacerse amigos de algún ingrediente que les permita jugar…
-Incorporar juguetes sexuales: si visitan un sex-shop, verán cuantas opciones tienen. Juntos pueden decidir con cuáles comienzan. Hay de todo y para todos los gustos. Anímense aunque sea, y para empezar, a ir a ver! Un juguete sexual puede ser desde un antifaz o una pluma hasta elementos más elaborados. Seguramente, si son creativos, en casa encontrarán algunos objetos sin necesidad de alborotar la economía doméstica.
-Compartir material erótico: películas, libros… hay tanto para ver juntos. Así podrán descubrir qué cosas los encienden a ambos, al tiempo que les dará elementos para sus fantasías.
-Usar vocabulario de alto voltaje: Aquí aclaro que no es necesario caer en vulgaridades si no se animan a eso. Piensen que no es importante lo que se dice si no cómo se dice. Jueguen con los tonos, susurren. Pueden hacerlo durante el acto o antes de él, como anticipando lo que se van a hacer.
El secreto es querer jugar. Imaginen. Hagan personajes. Hablen. Rían.
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