Muchos de ustedes habrán leído, la información divulgada por la Academia Americana de Abogados Matrimoniales de los Estados Unidos, quién hace unos días reveló que una de cada cinco demandas de divorcios que entran a la justicia son provocadas por Facebook (y otras redes sociales). Parece que el 80 por ciento de las pruebas de infidelidad matrimonial que se presentan actualmente son tomadas de las redes sociales, donde los acusados pecan de deslealtad sentimental con más facilidad.
Desconozco si en nuestro país hay alguna estadística hecha al respecto. Pero, para ser honesta, supongo que los resultados serían similares.
Y no es una mera suposición si no algo que escucho a diario en la vida cotidiana y MUCHO en mi consultorio.
Cuando empezó el fenómeno Facebook, casi todos mis pacientes comentaban las regias bondades de la red. Encontrarse con los compañeros de la primaria y el secundario que se habían perdido en el camino, los entusiasmaba.
Pasado el tiempo, seguían hablando de Facebook pero desde otro lugar: los viejos compañeros, resultaban ser el primer amor que se quiere reencontrar, la persona con quien tenían “una asignatura pendiente”, etc. Y daban rienda suelta a la experiencia creyendo que todo quedaba en la red, en un muro, en un mail. Consecuencias??? Nooooo, me decían. No había que exagerar! Si no pasaba nada, si nadie se enteraba! Había que seguir.
Pero… UPS! comenzaron los inconvenientes para quienes se encontraban en pareja: fantasías de infidelidad, infidelidad consumada, sexo virtual, celos de la pareja, espionaje cibernético, etc. Y si! Las consecuencias empezaban a aparecer: la red no era tan anónima, segura y virtual. Resulta que se suponía que tus cosas las podían ver sólo los que eran aceptados como tus amigos pero era una mala suposición. Si el amigo del amigo del amigo quería ver, podía. Y a que no saben? El amigo del amigo del amigo era, en muchos casos, el/la novio/novia del momento o la/el esposa/esposo!
Ahora, mi reflexión es: LA CULPA NO ES DEL CHANCHO (Facebook) SI NO DEL QUE LE DA DE COMER (los usuarios de las redes).
Alguien puede decir que una red social, en si, es mala? Entonces, cada uno debe hacerse responsable del uso que hace, en este caso, de una red. Como dije en una entrada anterior, NADIE NOS OBLIGA NI A LA FIDELIDAD NI A LA INFIDELIDAD.
Las personas adultas deberían tener en cuenta que cada acto tiene una consecuencia y de esa consecuencia siempre hay que hacerse cargo.
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