Ser o no ser. Qué dilema!
Como verán, planteo un tema bastante espinoso y complejo. Infidelidad vs fidelidad. Pienso que no podemos decir si algo está bien o mal si no indicamos en función de qué lo ponderamos. Entonces es necesario cuestionarnos: bien o mal para qué, para quién?
Tener una relación de pareja en donde uno y/u otro tienen, a su vez, relaciones con otras personas, está bien o mal?
El núcleo central de esta problemática nos lleva a “los pactos” que se establecen en una pareja. Pueden ser implícitos o explícitos. Y respecto a esta temática (como a muchas otras), mejor si se pacta de manera explícita. Quiero decir: si se habla, si se dice claramente. Estos pactos permiten que una pareja se ponga de acuerdo, dando cada uno de ellos su aceptación o no respecto a diferentes puntos.
Escucharon decir que el que avisa no traiciona? Si digo claramente y expongo mis deseos y necesidades, mi compañero/a tiene la posibilidad de acordar o no y hacer de este modo una elección. Si acepta, luego no hay lugar al reproche o a sentirse traicionado con nuestro actuar. Ahora, si hacemos de cuenta que estamos de acuerdo para evitar conflictos, por no poder ser sinceros, para contentar al otro o para manipular una situación… El resultado suele ser catastrófico.
Se que me dirán: claro que simple! Y se que no lo es. De hecho, a diario me encuentro con parejas que, frente a mí, en el consultorio, se enfrentan a este gran tema. Y lo que hace que todo sea complicado nos deja justo parados en ciertos temas que planteé en una entrada anterior: el compromiso y la sinceridad con nuestro propio deseo. Puedo o quiero mantener un vínculo monógamo? A partir de la respuesta que obtenemos es que podemos pactar algo con otro.
Pero cuántos de nosotros podemos tener semejante ataque de sinceridad como para plantearle a nuestra pareja que no deseamos la monogamia y que eventualmente querremos estar con otra/s personas? Y justamente ahí aparece el problema. Porque, por mandato social o cuestiones muy de la psicología individual, sabemos que no se espera que digamos eso. Y qué hacemos?. Decimos justo lo que debemos: “si, quiero”. Un sí quiero que luego no podemos sostener (porque deber y querer no son sinónimos) y ahí es donde se vincula a la poligamia con la traición y el engaño. Y después de todo eso es. Si te digo que te voy a ser fiel y luego no lo hago qué es? Y si…
Lo difícil es hacernos cargo y poder sostenernos en el lugar que nos pone nuestro propio deseo. Aceptar que en nuestras manos está la elección de qué camino queremos tomar. Nadie nos obliga ni a una cosa ni a la otra.
Así es como muchas parejas acuerdan/pactan un sistema de relación abierto en donde tienen intercambios con otras personas y esto es sabido y consentido por ambos. Ellos no hablan ni de engaño ni de traición. Y a muchos les funciona muy bien.
Esta es sólo una arista del gran tema. Porque en próximas entradas, si les interesa que sigamos desarrollando, podemos hablar de la infidelidad y la venganza, las diferentes posiciones de hombres y mujeres frente al tema y cuando se transforman en infieles, etc. Espero sus comentarios y propuestas. Recuerden que este es un espacio para participar, decir lo que opinan, contar experiencias y proponer temas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario